A la
mayoría de nosotros nos gustaría que viniera a nuestros eventos un montón de
gente. Pero el hecho es que no sucede, y lo frecuente es que se presenten menos
de los esperados (a veces, muchos menos de los esperados...:)
Y hay
múltiples factores que inciden en que esto ocurra, pero uno de los más importantes es lo que he
denominado "tu patrón de llenado". O lo que es lo mismo: En el fondo,
¿cuanta gente crees que va a venir, para cuanta gente tienes preparada tu
mente? y esto suele ser un proceso inconsciente, pero ocurre.
Si
alguien te pregunta hoy: "¿Te gustaría tener a 200 personas en tu
conferencia?" la mayoría de nosotros responderíamos: "claro, eso
estaría genial, encantado!!".
Pero no
lo verías como una cifra real, o más bien realista con respecto a lo que eres
capaz de conseguir. Es como si me preguntan: "¿Te gustaría ganar el mes
que viene 90.000 €?"
Básicamente
todos responderíamos que también, pero.. ¿lo verías posible, accesible,
natural?
Probablemente
no.
Todos
tenemos una serie de programas instalados dentro de nosotros que tienden a
cumplirse porque forman parte de tu
sistema de creencias. Y hasta que no subamos los números de asistentes en
nuestro "programa de llenado de cursos", es francamente difícil que
suceda, porque en el fondo no creemos que eso pueda ser posible. Si llevo 3
años con una media de 15 alumnos por curso, es muy dificil que me crea que la
proxima vez van a venir 45 (además de que la mayoría de profesionales tiene una
creencia limitante muy poderosa en cuanto a que la formación y entrenamiento de
calidad solo se puede realizar con grupos muy reducidos. El tema que es no
saben como dar formación de alta calidad a grupos grandes, pero por supuesto que se puede hacer, es una de las cosas que
enseñamos en Maestro de Maestros. ¿Y sabes la diferencia de ingresos que supone
dar un taller para 8 o para 80? siendo el esfuerzo de marketing prácticamente
igual...)
Así que
hay que empezar a cambiar tu patrón de llenado. Y además tendrás varios y
distintos dependiendo de si te refieres a conferencias, a talleres, a cursos, a
convenciones...
Resumiendo:
1. Una
cosa es "estaría genial que vinieran 300 personas a la conferencia". No van a venir, no te
crees que eso pueda suceder
2. "lo
más seguro es que vengan, o quiero que vengan 50, con eso ya iríamos bien".
En este caso, no cuentes casi nunca con más de 50, no va a ocurrir
generalmente.
Por eso
es tan peliagudo el tema de poner mínimos de asistentes a cursos; no porque no
sea necesario, sino porque tenemos el serio peligro de que se nos quede grabada
la cifra de ese mínimo en el cerebro ("si salen 8 personas, hago el
taller") y nos complica mucho la vida para que vengan más. Tiene que tener
mucho más peso específico la cifra relativa al número de personas que
queremos que venga, no la mínima (la
mínima solemos hacerla para estimar la rentabilidad a partir de la cual sí nos
interesa realizar el evento)
Así que
la gran pregunta ahora mismo es:
¿cual
es tu patrón de llenado?
Y si no
te gusta ponte como prioridad cambiarlo, porque después todo será distinto. Si
tienes un buen patrón y conoces las estrategias adecuadas, el éxito está
muchísimo más cerca.
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Recientemente he estado en Praga y me alegro mucho de haber ido, porque han sido pocos días,
que pese a ser lúdico-festivos me han surtido de excelentes aprendizajes y
experiencias, muy útiles para mis negocios y mi vida.
Praga,
además de una ciudad preciosa, ha evolucionado mucho estos últimos años (la
última vez que estuve allí fue en 1991) y como dicen algunos, parece sacada de
un cuento. Y de este cuento he extraido varios aprendizajes útiles:
1. La
ciudad está orientada al turismo, y por lo tanto el turista es el rey. Y me da
que tanto poner el foco en un cliente específico les da buenos resultados y
pingües beneficios. Todo el mundo relacionado con los visitantes habla un
excelente inglés, y los jóvenes al completo (crucial)y en general te atienden
esmeradamente. Además, los precios son ajustados, así que:
te
entiendes, dan calidad, sin excesos en el dinero... ¡buena combinación!
2. Esto
me llamó poderosamente la atención, y me vale para los negocios y para la vida:
Hicimos
un "free tour" (ruta gratis) de 3 horas y media a pie por la ciudad.
Sí: completamente gratis. Sólo se le pagaba al guía la voluntad si uno quería,
al finalizar. Este a su vez te ofrecía también otras excursiones de su agencia,
ya de pago, para quien lo deseara, lo que es una estupenda estrategia de
marketing, porque puedes probar sin riesgos, y en donde se ganan tu confianza.
Pero para ello tienen que suceder dos cosas más:
a. Que
el tour gratis sea excelente. Y así fue. Mereció mucho la pena. Esta práctica
es completamente contraria a la tan habitual de ofrecer demos o pruebas
gratuitas mediocres para dar lo bueno en nuestro producto de pago. Así no se
gana la confianza del cliente, y es pan para hoy y hambre para mañana.
b.
Nuestro guía, español (26 años) fue transparente en cuanto a las condiciones
del tour desde el primer minuto, además de comunicarlas de manera franca y
natural. Nos contó como se ganaba la vida, como cobraba, como estaba montado el
negocio... De manera que cuando tuvo que vender, lo hizo también de forma
natural (y vendió muy bien, por cierto).
c. La
infraestructura, el pago de otras excursiones, la localizacion de los puntos de
encuentro con paraguas donde ponía "Free Tour" y la bandera española
seguía un criterio fundamental y muy
olvidado: "pónselo fácil al cliente". Y ellos lo hacen.
En
general, un negocio muy bien montado (y exitoso, por lo que he visto)
3. He
visto excelentes ejemplos de como buscarse la vida vs. quejarse y quedarse como
estabas. Me quedo principalmente con el de nuestro guía, un chaval de 26 años,
viviendo con sus padres, ambos en paro. Tiene trabajo en España, pero su
hermano no. Así que negocia en su empresa para que le cubra el puesto él, y
este chico se viene a Centroeuropa a buscarse la vida, con una mano delante y
otra detrás, pero eso sí: antes investiga, mira si tiene conocidos en las
ciudades europeas, y va cargado de ganas e iniciativa. Elige Praga porque tiene
un amigo allí que se ha ido a las bravas, como él, y empieza desde abajo,
utilizando el desparpajo, la sangre en las venas, el atreverse, la creatividad... (nunca había sido guía
antes). Va escalando puestos gracias a su buen hacer, y en menos de medio año
tiene un buen trabajo, gana dinero, tiene tiempo, le gusta lo que hace, conoce
mucha gente y sobre todo: está cogiendo unas tablas impresionantes para
buscarse la vida.
Cuanta
falta haría este espíritu y manera de hacer las cosas en muchas personas sobre
todo jóvenes que las están pasando tan mal (y que es difícil que ocurra si su
entorno solo les alecciona a que busquen un empleo seguro y a que manden
curriculums a miles sin ton ni son... En fin...)
Así que
hete aquí un excelente ejemplo de alguien joven, preparado y con la audacia
necesaria para generar circunstancias y
no para esperar que estas sucedan. ¡Chapeau, compañero!!
4. Aquí
va un video curioso. Se supone que es un joven tocando los teclados en la
calle, pero como verás tiene algo especial, con su cabeza de caballo a modo de
capucha y atención al detalle a continuación: hay un cartel pegado al órgano,
donde en vez de pedir “un donativo”, lo que hace es solicitar ayuda porque está
ahorrando para poder comprar su anillo de compromiso (además puesto en checho y
en inglés, y con dibujos a mano coloreados del anillo de brillantes).
Así que
este caballero cumple dos criterios fundamentales hoy para el éxito en nuestros
negocios: Diferenciarse, y ser visible (con la cabeza de caballo, ya te digo si
se diferencia y se le ve J); y además hace una venta
emocional: se va a casar y pide ayuda. No es para comer o para sobrevivir
(demasiado manido para nuestras embotadas conciencias).
He aquí
un ejemplo de un estupendo músico pero sobre todo ¡a un experto real en
marketing ¡(¿esto que hace este chico lo estamos haciendo nosotros en nuestros
proyectos? ¿Nos atrevemos?)
5. La
ciudad de Praga está muy volcada en la cultura, y sobre todo en la música. De
hecho, hay músicos por todas partes, y además parece que muy buenos. Y todo
esto se alienta desde las entidades públicas, cosa que me parece un gran
acierto, y es uno de los grandes capitales de esta urbe. Y han habilitado salas
de conciertos en iglesias, palacios, casas, monasterios… ¡Está plagado! El
programa donde elegir es increíblemente variado, amplio todos los días y a
precios muy asequibles (parece ser que a los checos según nos contó el guía,
les gusta que la música y la cultura
estén al alcance de todo el mundo, y no de unos pocos).
Fomentar
el espíritu de una ciudad en torno a la música es algo estupendo, porque la
música es universal, y además une a las personas. De hecho, es uno de los
mejores pegamentos de gente que existe. Ante ella, se disuelven las barreras,
las fronteras, las diferencias…
Así que
¡magnífico! . He estado todos los días en conciertos: jazz y Swing, clásica,
musicales.. y lo he disfrutado mucho, además de lo escuchado en la calle (y me
ha dado que pensar: en breve os compartiré un disco que grabé hace algún
tiempo, fruto de mi faceta de cantante J)
6. Y
para acabar, el último día de estancia mientras cenábamos, apareció unos
señores entrados en años (más de 70 de media) en el mismo restaurante, y se
sentaron en una mesa cercana. Nos dejaron algo intrigados. Eran españoles (les
oímos hablar) pero… ¿qué hacían solos allí? ¿Vivían en Praga? ¿Y sus mujeres… J?
Así que nos levantamos, nos presentamos y preguntamos, y….
Habían
salido en furgoneta desde Pamplona (como el año anterior) y se iban hacia el
este de Europa, sin ruta prefijada. De hecho, habían pensado haber dormido la
noche que les conocimos en Munich, pero al final acabaron esa noche en Praga, a
las bravas… ¿y qué iban a hacer al día siguiente? Pues no sabían bien, iban a
la aventura! Y todos, abuelos y gente muy normal, jubilados. Y para más datos,
el día antes habían dormido ¡en la furgoneta! (con espíritu mochilero, como
dijo el mayor de ellos, de 75 años). Así que han sido para mi pura inspiración:
Aventura, se puede, romper creencias, explorar, amistad… todo con más de 70
tacos… Una estupenda lección.
Y he
aprendido más cosas, pero no quiero aburrirte. El mensaje final que me llevo es
que hay que invertir tiempo en abrir la mirada al mundo, descubrir lo que se
está haciendo en otros sitios, oxigenarse a la par (siempre el alejarse de lo
cotidiano nos da distancia para apreciar cosas que no veíamos) y sobre todo, ir
con los ojos abiertos para incorporar nuevos conocimientos y cuestionamientos,
y eso seguro redundará en nuestros negocios y nuestra vida.
Una vez
más, refrendo que el mundo está lleno de ejemplos inspiradores que nos
transmiten un:
“Se
puede, se puede más, se puede mejor , y se puede de otra forma”.